Bien.
En este blog no hablamos ni del Papa, ni de Rainiero, ni de Ernesto ni de Sara Montiel cantando "fumar es un placer" en una velada recaudadora de fondos para la lucha contra el cáncer.
Creo que la saturación informativa respecto a esos temas es ya más que suficiente como para hacerse más eco (eco, ecooooo).
Así que nada, os cuento mi semanita, que va movida.
El lunes, con viento de poniente (sic) encaucé en el asiento de copiloto una de mis vacaciones-relámpago: me fui a Barcelona tres días.
Lo mejor: la gente. Tenía el temor, que parece bastante extendido, de que los catalanes son cerrados y poco amistosos con los "extrangeros". Mi sorpresa, agradable sorpresa, ha sido constatar un hecho que ya sospechaba: los tópicos son eso, tópicos y la mayoría de las veces falsos. Todo el mundo extremadamente amable. Desde el gangoso recepcionista del Hotel hasta los Mossos d'Esquadra pasando por los taxistas y dependientes de comercios. Nunca me había sentido tan en casa estando fuera de casa.
Y lo peor: el precio. Contando con el hotel, ya sabía que me iba a salir algo caro. Pero no esperaba tener que pagar la cantidad de Euros que me he tenido que dejar en peajes: 70 entre Murcia-Barna-Murcia. Una pasada, vamos.
Así las cosas, no le he traído regalos a nadie, salvo a mí mismo. Me he dado un capricho y me he comprado un par de piercin nuevos para la lengua (tengo el agujero hecho desde hace años) a muy buen precio: 2 por 10 , mientras que aquí en Murcia sólo los encuentro a unos 20 la unidad.
Después de este viaje, la vuelta a la realidad. Trabajo, trabajo y más trabajo. Hay que ver qué ganas le entra a la gente de cenar el día del partido del siglo de este mes...
Me he desidratado un par de veces de tanto correr. Me encuentro en modo energía bajko mínimos. pero estoy haciendo progresos a base de pinchos morunos y demás frituras (qué se le va a hacer, como mal y a veces peor).
Y después de esta introducción de cosas que le interesarán a una media de 0 personas, me vuelco en mi labor social. Ya sabéis, Judas servicios de información pone a vuestra disposición todos esos links que aparecen a vuestra izquierda.
De entre todas las historias que pueden llegar a aparecer si pulsáis los links correspondientes, destaco:
1.
Blogalia ha vuelto a la vida. Cual Frankenstein que revive por un milagro, rvr ha conseguido sobreponerse a los problemas que le estaba dando su servidor (después de leer las peripecias de los encargados de hosting, no se me ocurre nada que decir salvo... ¿cómo no petó antes?). Por cierto, alguen debería decirle a rvr que en su lista de enlaces de
Cuaderno de Bitácora tiene repetido el link al PaleoFreak.
Según parece Blogia también ha tenido problemas últimamente, aunque como he estado fuera y casi desconectado ni me he enterado.
Ah, y por cierto y a quien pueda interesar: ¿sería mucho pedir que los blogianos (si los de Blogalia son blogalitas, los de Blogia seremos blogianos, ¿no?) pudiéramos disponer de esas cosas tan maravillosas como son los Trakbacks? Ahora tenemos por fin la posibilidad de asignar etiquetas a los contenidos, pero de Trakbacks nada de nada...
Y mi interés en Blogalia reside en que cuando me decidí a abrir el blog estuve dudando entre éste y Blogia. Me decidí por el último porque el primer blog que descubrí, el que sigo con más interés (compite con
Escolar mano a mano) es el de
Tío Petros, alojado en Blogia.
2. No sé si alguno de mis... ¿dos? lectores habrá firmado el manifiesto de queja sobre las jornadas de SEIP celebradas en Monforte del Cid hace unos días. Yo sí lo hice (fuimos unos 70 indignados firmantes, como dice un periódico tinerfeño (sic) sobre el asunto). Pues Lola, (no la del
Lolaberinto) sino la de
Uno por uno, uno... está haciendo un resumen-crítica de esas jornadas. Estos son los capítulos disponibles de momento.
Presentación de la crítica.
Presentación del acto.
Videncia. Vaya sarta de estupideces.
Oui-ja. Mami, tengo miedo.... En ocasiones veo muertos...
Y próximamente, el desenlace.
Y eso es todo por hoy.
A ver si algún día soy capaz de escribir algo más original en vez de ir por ahí contando lo que otros escriben...
Es que a veces soy algo espeso.
Ah, si lees esto, aunque no te interese, aunque te traiga al fresco, déjame un comentario... que me hace ilusión.
No veas lo que flipo cuando veo que algunas bitácoras me tienen enlazado. Pues si a eso sumamos un par de comentarios, sería genial...
Y otra cosa, que se me olvidaba y no debería olvidárseme. Aquí al lado tienes un botoncito para informarte de la nueva ley contra Internet y cómo nos la están intentando colar los políticos. Ahora no sólo son las patentes de software, sino que además vamos a limitar las conexiones a Internet.
Vamos bien, ZP. Ya no vale eso de
No nos falles, sino que vamos a empezar a decir
Quietecito estás mejor, ZP.
Más información, como siempre, en
Escolar y en el blog de
David Bravo (bravo, David).